Un
paradigma es un marco de pensamiento, una especie de estructura mental con la
que se le da explicaciones a ciertos
aspectos de la realidad.
En
la historia de la humanidad, ningún cambio de paradigma se ha integrado de
forma instantánea en la conciencia colectiva, emergen lentamente, levantando al
principio fuertes resistencias y respetando el tiempo de evolución e
integración de la conciencia humana.
El
aparente nuevo paradigma que se está dando en la sociedad es el de responsabilidad-atracción-creación,
el cual emerge poco a poco debido a su complejidad y sutilidad, ya que se
requiere mucha reflexión, auto-observación y práctica. Al individuo que lo
logre comprender e integrar, le proporcionará una gran apertura, una nueva
libertad y un contacto más directo con el poder de su ser.
<<DESPUÉS
DE DARSE CUENTA DE LA
EXISTENCIA DE UN SER SUPERIOR Y DE SU PROPIA UNIÓN CON ESE SER, EL HOMBRE ES LIBRE Y PERFECTO. ANTES DE PERCATARSE DE ESE
SER, EL HOMBRE TAMBIÉN ES LIBRE Y PERFECTO, SÓLO QUE NO LO SABE.>>
Antes
de llegar a poder incorporar este modelo de pensamiento, se deben erradicar las
viejas estructuras que se vienen acarreando de vida en vida, convertidas en
malos hábitos totalmente cristalizados en la mente concreta. Quedan como
programaciones construidas en el pasado, que intentan a toda costa asegurar la
supervivencia de la personalidad. Y
así, llegamos a creer que nuestra percepción de la realidad y la realidad, son
lo mismo.
Pero
la evolución de la conciencia se hace por medio del tránsito de un contexto de
pensamiento estrecho a uno más amplio y más inclusivo.
<<EL ESPÍRITU
ES COMO UN PARACAÍDAS. SÓLO NOS SALVA CUANDO SE ABRE>>
Una
de estas estructuras mentales cristalizadas, fuente principal de la
negatividad, es el estado de ánimo de víctima, característica de la
personalidad que actúa como barrera no permitiendo que el alma se exprese. La persona no sólo no selecciona las impresiones que recibe, sino que las alimenta y las repite como un mantra negativo, el cual queda grabado a fuego en lo más profundo de su mente.
¿Te identificás con algunas de las siguientes expresiones?
+Pobre
de mí, soy una persona débil y vulnerable en un mundo hostil, injusto y
peligroso.
+Nunca
he tenido suerte en la vida.
+Es
muy difícil obtener lo que uno quiere en la vida.
+Lo
único que queda es luchar, protegerse y defenderse de los demás.
+La
culpa es de los demás.
+Yo
tengo razón, pero nadie valora lo que digo o hago.
+Hay
que desconfiar de la gente. Nunca se sabe cuándo te van a clavar el sable por
la espalda.
+Si
me quisieras, deberías…
+Vivo
sacrificándome por los demás, pero la gente es muy ingrata.
+Solamente
a mí me suceden estas cosas. (estribillo:
pobre de mí, pobre de vos, lamentémonos y denigrémonos juntos).
+Alguien
me puede ayudar por una vez en la vida, por favor!
+Ahora
me van a pagar todas las que me hicieron, ya van a ver!
+No
te rías, la vida no tiene ninguna gracia.
+No
es fácil triunfar, es sólo para los que tienen suerte.
Etc.,etc.,etc.
La
mayor parte de la gente no se da cuenta de que sufre de victimitis, ya que todo
el mundo es como uno. La victimitis es un anquilosamiento de ciertos sistemas
mentales, que acarrea consecuencias muy
desagradables, muchas veces trágicas. Es una enfermedad contagiosa y sólo puede
ser curada por la misma persona afectada una vez que se ha dado cuenta de su
estado y de lo que éste le cuesta.
La <víctima> obtiene con su comportamiento
atención de los demás, justificaciones
para no hacer nada que no quiera, vengarse de los demás, la ilusión de
que está en lo correcto y tiene la razón, evadirse de sentir culpa ya que la
culpa es siempre de los demás, manipular a los otros y no responsabilizarse de sus propias decisiones.
Cuando estamos bajo el dominio de la Victimitis.
El virus de la victimitis puede producir estrés, ansiedad, miedo,
inseguridad, represión de la cólera, frustración, agresividad, profunda
insatisfacción permanente, miedo al engaño, crítica, juicios y reproches,
quejas o gemidos continuos que alimentan la depresión y la desesperación o su
rabia y agresividad, desconfianza, separatividad, soledad, rencor, incapacidad
de amar, ausencia de sabiduría, incapacidad de cooperar, fracaso, falta de
discernimiento y objetividad, complejo de persecución, exigencias y la
sensación de que los demás le deben algo (por lo tanto decepción), la impresión
de vivir un martirio, vulnerabilidad, injusticia, incapacidad para recibir o
apreciar lo que recibe, deseos de venganza , falta de autoestima, incapacidad
de captar la belleza y de gozar, cansancio, enfermedades, mucho trabajo, poco
éxito y ninguna diversión.
<<Nada
puede presentársenos en nuestro universo sin el consentimiento de nuestra
conciencia. >>
Cómo tomar el control de nosotros mismos.
El
primer paso hacia la curación de la victimitis es reconocerla en uno mismo, observarse y anotarlo cada vez que se repite, lo cual ayuda a desactivar la programación.
Cobrar
conciencia de los pensamientos y las creencias que alimentan esas emociones.
Seleccionar las impresiones que recibimos, no alimentar la crítica y reemplazar los pensamientos negativos por positivos.
La
persona afectada de victimitis piensa que sus estados emocionales son debido a
los comportamientos de los demás o a las circunstancias, por lo tanto es
necesario comprender que somos nosotros los únicos responsables de lo que nos
sucede. El hacernos cargo de nuestros estados emocionales nos permite una
apertura real hacia los otros, libre y conciente, mientras que el reproche nos
pone en una situación de temor y de impotencia.
Este
proceso de transmutación y evolución puede darse de dos formas:
1)
La
forma lenta, mediante la continua repetición de vidas, experiencias y
encarnaciones físicas hasta que el hombre sea dirigido escalón por escalón
hacia un proceso evolutivo.
2)
La
forma rápida, gracias a la cual un ser humano se hace cargo de sí mismo de una
forma clara y produce en él, por su propio esfuerzo, un nuevo estado de
desarrollo espiritual.
Comprendiendo
que somos responsables de nuestros actos, pensamientos y emociones, que somos la fuente creadora de todo lo que
nos sucede y se nos presenta en nuestra vida, y que atraemos lo que nos
merecemos, es como podremos realmente evolucionar.